18 DE NOVIEMBRE: ERES TÚ, NO YO.

Lucas 18, 1-8 “¿Creen que encontrará fe sobre la tierra?”

¡Qué pregunta más interesante! ¿Qué podemos contestar? ¿Cómo está nuestra fe?

Cada día parece que nos alejamos más de Dios y que ponemos nuestros deseos personales por sobre todas las cosas; está primero lo que yo quiero sin importar las necesidades que tiene mi familia; está primero lo que yo pienso, sin importar  la opinión de los demás, porque nos creemos dueños de la verdad absoluta y es entonces cuando fallamos, cuando volteamos hacia atrás y lamentamos nuestras decisiones, al darnos cuenta que el egoísmo se apoderó de nosotros y no escuchamos razón, ni siquiera la de Dios. Entonces el panorama es muy desolador, porque cierto es que Dios encontrará en nosotros seres apagados de luz, concentrados en vivir una vida sin sentido, opaca, llena de dolor innecesario donde predomina el amor propio, vacío, en soledad, sin fe.

Si nos sentamos un momento a recapacitar en nuestras acciones, en nuestra manera de vivir ¿Qué encontramos? Ahora si que vamos a decir “Dios quiera” que, encontremos patrones de conducta que nos hagan sentir plenos. Que no derrochemos nuestra vida en solo correr de aquí para allá sin saber hacia donde vamos, que encontremos en los demás compañía y consuelo en los  momentos difíciles, que sabemos escuchar con atención a aquel que opina diferente de nosotros, con sabiduría y con razón, y principalmente que en el amor, ayudemos a quién lo necesitaba en el momento oportuno, porque seguimos con celo la palabra de verdad y vida de Jesucristo nuestro Señor.

Que sea así, porque en el camino aprendimos a orar, y con humildad recibimos a Dios en nuestro corazón como guía en nuestras decisiones, en nuestra manera de abordar las situaciones y más que nada porque comprendimos que el amor, es nuestro motor y es lo único que nos va a alejar del mal con éxito, porque confiamos en algo real y nos fortalecemos con la oración para que las tentaciones no ganen sobre nuestra voluntad.

Que Dios encuentre personas de fe, que seguimos viviendo con la esperanza de un mundo bueno, lleno de oración,  caridad y servicio  y que nuestro egoísmo se convierta en amor al prójimo para vivir  siempre protegidos por la bondad de su amor, reconociendo que eres Tú y no yo, lo más importante.

Propósito de hoy: Te pido Jesús que me enseñes a ser como Tú, para perdonar y aumentar mi fe.