12 DE NOVIEMBRE: UNA LÁMPARA ENCENDIDA.

Mateo 25, 1-13 “Estén preparados, porque no saben el día ni la hora”.

Estar preparados es una acción para todos los días. Preparados para la venida del Señor, para estar en paz con los demás, para estar en paz con nosotros mismos en la espera del juicio final.

En este Evangelio, Mateo relata la historia de las mujeres en espera de los esposos para entrar al banquete de bodas; unas traían aceite para las lámparas y las otras no. Podríamos pensar que fueron malas hermanas cuando las mujeres descuidadas les piden aceite porque no trajeron y ellas no les dan;sin embargo, hay que darnos cuenta que, de haber compartido el aceite también, se les hubiera acabado a las que estaban preparadas.

Esta historia me hace pensar cuando estamos preparados para algo que vamos a hacer y cuando llega alguien a pedirnos que le demos un poco de lo que traemos y que preparamos con anticipación. ¿Te ha sucedido? Y si compartes, tu esfuerzo no va a dar fruto porque no tuviste suficiente. Entonces nos vemos obligados a decir que no a aquella persona que no fue responsable.  Por un momento vamos a convertirnos en los malos del cuento, pero en realidad hay ocasiones en que debemos velar por nosotros mismos y cada uno, asumir las consecuencias de sus acciones.

Tal vez suena extraño, sin embargo muchas personas se atienen a los demás. Es como dejar que esa luz de esperanza muera y luego culpar a alguien mas. La fe es algo personal y cada uno debemos velar por esa fe que nos llena el alma, que nos da esperanza, que nos anima a seguir amando a Dios y su verdad absoluta, porque es por Su gracia que estamos aquí y que debemos cultivar cada instante, con nuestras buenas acciones.

Dios nos enseña que, para todo lo que hacemos, debemos estar listos, atentos, despiertos porque no sabemos la hora ni el día en que vendrá por nosotros. Por eso la oracion es tan importante, nos llena de fe y es por la fe que estamos preparados para vivir con amor y caridad en la esperanza de estar tranquilos, en paz, sin preocupaciones que nos limiten vivir en armonía con los demás.

¡Estemos preparados para Dios!

Propósito de hoy: Voy a prepararme para poder vivir en armonía con los demás, siempre en el amor de Dios, para que jamás se apague esa lámpara de fe en mi vida.