2 DE NOVIEMBRE: ¿ESTÁS PREPARADO?

Juan 6, 37-40 “La voluntad de mi Padre consiste en que todo el que vea al Hijo y crea en él, tenga vida eterna y lo resucite en el último día”.

Y esa es la esperanza de la resurrección con la que mueren todos aquellos católicos que creemos en Jesucristo y tal como dice Juan en su Evangelio el que crea en el Hijo de Dios tendrá vida eterna y resucitará a los brazos del Padre que nos ama y nos espera porque nos creemos también hijos de Dios.

Hoy recordamos a nuestros difuntos, a papá, a mamá, a los abuelos y a todos aquellos que un día compartieron su vida con nosotros. Ellos nos esperan ahora en el cielo, junto con Jesús y Dios Padre, que con su infinita bondad y misericordia perdona nuestros errores y pecados para que al morir, vayamos en paz, sin dejar pendientes no resueltos aquí en la tierra.

Los Católicos no le tenemos miedo a la muerte, porque sabemos que ésta es una antesala hacia el Reino de Dios, tenemos la esperanza de un mundo mejor, sin fronteras, ni barreras, donde todos somos hermanos por ser hijos de Dios. ¿Tu crees que es así la muerte? ¿Sientes que al creer en Dios somos perdonados? ¡Claro que sí! Nosotros creemos que Jesús es la resurrección y la vida eterna, el camino, la verdad y el amor; Jesús es todo y en Él debemos confiar y es en su palabra que encontramos la respuesta ante la muerte, ante la paz que ocupa nuestro corazón y a entender que conocerlo nos deja una tranquilidad en los momentos difíciles que enfrentamos cada día y en especial cuando vemos a una persona querida morir.

Este Evangelio debe traer consuelo a nuestro corazón porque es la promesa que nos ha dado Dios de no morir sino de vivir en la eternidad. ¿Qué tan bien estamos preparados para el último día? Vamos haciendo consciencia de nuestra forma de ser, de nuestro comportamiento ante los demás, del servicio que damos con amor, sin estarnos quejando porque sabemos que es en el servicio en lo que nos parecemos mucho al Hijo de Dios y vamos a beneficiarnos todos. Siempre es un buen día para hacer mejor las cosas y cambiar para dar testimonio de que creemos en Dios y hacemos las cosas por amor.

Propósito de hoy: Quiero estar preparado para el último día.