2 DE OCTUBRE: REGRESO A MI INOCENCIA.

Mateo 18, 1-5. 10 “¿Quién es más grande en el Reino de los Cielos?”

¡Qué buena pregunta! Qué tal si respondemos:¡Yo soy el más grande en el Reino de los Cielos!

El camino empieza hoy. Vamos haciendo un buen camino donde lo que sembremos crezca y florezca en tierra fértil, que de frutos, que perdure; que seamos recordados porque movimos montañas con nuestra fe, porque sanamos almas cuando nos acercamos a aquellos que necesitaban una mano amiga que los supiera escuchar con paciencia y con amor; un camino que aun en la dificultad de la vida, en las tormentas que hemos superado y en nuestro dolor, pudimos acompañar al más pequeño, al que también sufría y que moría sin la esperanza de Dios.

¡Vamos queriendo ser ese más grande en el Reino de Dios!

Y para ser el más grande hay que ser como el más pequeño. Sí, como un niño, debemos tener un corazón dispuesto a aprender, a comprender, a absorber la sabiduría de Dios. Cuando niños, estábamos llenos de dones y virtudes, que desafortunadamente en el camino a la edad adulta hemos ido perdiendo porque no sabemos desarrollarlos, o por las mil y una tentaciones que se nos presentan como algo fácil y sencillo que nos aleja de Dios.

Cuando niños, éramos inocentes, hacíamos las cosas sin malicia, no conocíamos el mal, porque todo era bueno, hasta que crecimos. Triste. Cuando niños pudimos ser ejemplo de virtud y obediencia, de compañerismo y alegría y hay que preguntarnos si seguimos siendo igual. Tenemos tiempo para rectificar, para acercarnos a ese niño que hace las cosas bien, con gusto, ayudando a otros. Cuando alguien se cae, ayudarlo a levantarse, a que su moral no quede en el suelo, a que sus ilusiones no se desvanezcan, a que voltee hacia arriba y vea que con Dios el camino, aunque sea difícil, se camina con esperanza; que encontremos en Él un refugio de amor, en la verdad de su palabra y así podamos ser los más grandes en el Reino de los Cielos.

Propósito de hoy: Que mi bondad sea más importante que lo que me convierte en una persona poco deseable.