27 DE SEPTIEMBRE: MIENTO PORQUE TENGO MIEDO.

Lucas 9, 1-6 “Los envió a predicar el Reino de Dios”

Así como los apóstoles que fueron enviados por Jesucristo en una misión permanente de darlo a conocer por medio de ellos, así es igual para todos los fieles cristianos que creemos en él. Estamos llamados a compartir el Reino de Dios todos los días a través de nuestras acciones y comportamientos.

Jesús nos pide que no llevemos nada, y que a donde lleguemos nos quedemos a ser testimonio de su amor y si no nos reciben, que sigamos de frente, buscando lugares donde aún si existe el pecado quieran escuchar la palabra de Dios.

Vivir en comunión unos con otros y con el mismo Jesús significa vivir conscientes de la verdad y es muy difícil porque venimos arrastrando el pensamiento de que es mejor decir una “mentira piadosa” que decir la verdad. ¿Te identificas? Y es que decir la verdad a veces cuesta mucho trabajo, porque cada uno de nosotros vive una realidad que es diferente y sí, nos entra el miedo de cómo va a reaccionar la otra persona si hablamos de frente con la verdad. Sin embargo, Dios quiere que nos acerquemos a él, en esos momentos de verdad, que seamos como su Hijo Jesús, que guiados por su amor y su palabra podamos ser fuertes y honestos y que vivamos sin engaños, ni ocultando lo que realmente sentimos o sufrimos. Dios está con nosotros, él nunca nos olvida y quiere ser pilar de verdad y sabiduría en nuestra vida, ayudándonos a ser fieles a lo que pensamos y somos, sin miedo.

El Reino de Dios está lleno de pecadores que se han arrepentido y que han sabido reconciliarse con los demás, con Dios y consigo mismos. Y todos somos pecadores con la esperanza de la vida eterna al lado de Jesús, sentados junto al Padre de amor que nos abraza y nos da la paz que nuestro corazón necesita tanto.

Vayamos caminando derrochando paz, y amor, y consuelo, y llevemos a los demás la buena nueva de Dios que es Jesucristo mismo; llenos de esperanza y de oración, vayamos a compartir la alegría de la fe y que los demás se den cuenta que estamos llenos del amor de Jesús.

¡Seamos testimonio de Dios para los demás!

Propósito de hoy: Compartir con todos los que me rodean, el amor del Reino de Dios.