7 DE SEPTIEMBRE: QUIERO SER PESCADOR DE HOMBRES.

Lucas 5, 1-11 “Desde ahora, serás pescador de hombres”

Recuerdo la primera vez que escuché las palabras “Tú has dicho mi nombre” en la canción Pescador de Hombres. Yo tenía unos 8 años, más o menos, estaba preparándome para hacer mi Primera Comunión y no podía dejar de llorar. Me impactó tanto esta canción que relata lo que quiere Dios de nosotros, que durante mi vida he procurado buscarlo. Venir a Magdala y tener la bendición de continuar la misión permanente que Dios me encomendó a través de la palabra, escribiendo para todos Ustedes la Reflexión del Día, desde hace más de 1 año, ha dado un valor agregado a mi vida como jamás imaginé.

Cuando Pedro avienta sus redes al Mar de Galilea, en obediencia a Jesús y sale con una pesca abundante, se arroja a sus pies y le dice “Apártate de mi, Señor, porque soy un pecador”.

Nosotros somos Pedro y somos pecadores.

Jesús en la bondad y misericordia de su amor, le contesta: “Desde ahora, serás pescador de hombres” y eso mismo nos dice a cada uno de nosotros todos los días. Somos pescadores de hombres porque Él nos invita, a que por medio de nuestras acciones, seamos un testimonio de su amor. En la mayoría de los casos logramos escuchar su voz y por amor actuamos con bondad y compasión; somos personas que nos acercamos a la reconciliación, que sabemos pedir perdón y que también perdonamos aunque nos hayan lastimado una y otra vez.

Al ser fieles a la Palabra de Dios, dejamos una huella de amor en los demás, nos sentimos alegres y privilegiados por recibir su gracia. Lo mejor que podemos hacer es pedirle que nos aumente la fe, rezarle a María, nuestra madre, junto con Él. Asistir a misa donde Jesús nos llena con su amor en la Eucaristía.

Cuando tenemos confianza y nos preocupamos por las cosas de Dios, nuestra forma de ser cambia, mejora, aprendemos a ver las cosas con sus ojos, o por lo menos lo intentamos; y eso, nos ayuda a vivir mejor nuestro dolor, a sentirnos acompañados y llenos de esperanza porque sabemos que la mano de Dios va deteniendo la nuestra para ser sus discípulos, pescadores de hombres.

Propósito de hoy: Fortalecer mi amor a Jesús para seguir su palabra y poder dar testimonio de que Dios existe en mi vida.