Miércoles 17 de marzo – Buscar, hacer, lo que Dios quiere.

Juan 5, 17-30

“No busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió”. ¡Wow, qué increíble poder decir esto por lo menos un día! No busco lo que yo quiero, sino lo que quiere Dios. En teoría todos lo decimos, por lo menos yo, firmamos la hoja del cheque en blanco, que El haga y pida lo que quiera, lo decimos en el Padrenuestro, hágase Tu voluntad en la tierra como en el cielo…vamos lo repetimos mucho, pero a la hora de la verdad “si pero no”, “todo menos esto”, “si voy de misiones pero con mi caja de provisiones”… Como solía repetir un padre, todo menos este conejito blanco.

“Señor mío, estamos a unas semanas de que empiece tu camino más doloroso, el camino que te llevará a esa Cruz por amor a mi, te ruego me des la gracia que al igual que tú, hoy pueda entregarte mi conejito blanco, aquello que me impide decir y hacer todos los días lo que tú me pidas; mi conejito- mi pasión, mi miedo, mi vicio, mi desconfianza, mi cansancio, mi debilidad, mi sufrimiento, mi cruz- lo pongo en tu corazón, te lo entrego para poder así caminar más ligera, llena de confianza, de amor y esperanza, teniendo la certeza que tú me darás la fuerza que necesito para “rellenar mi corazón” por ese desprendimiento de mi conejito.”

Propósito: hoy hacer un acto de desprendimiento, no hacer lo que quiero, sino lo que se debo.