17 DE AGOSTO: APRENDO A PERDONAR.

Mateo 21, 21-19-1 “¿Cuántas veces tengo que perdonar?”

¡Qué difícil es el perdón! Y que coraje da cuando le perdonamos algo a alguien que nos lastimó y nos vuelve a hacer lo mismo…y nos pide Dios que volvamos a perdonarlo, hasta 70 veces 7, inimaginable. Se nos sube la sangre, nos enojamos más y empezamos a guardar rencor y en ese enojo, solo nos hacemos daño a nosotros mismos, porque puede ser que a la otra persona no le importe, ya que siempre obtiene nuestro perdón. Es entonces cuando la acción que aplica es alejarnos de las personas dañinas que nos inquietan la existencia, pero cuando aprendemos a perdonar, esa persona ya no puede influir en como nos sentimos y no hay necesidad de hacernos a un lado. ¡Es verdad! ¿Lo has intentado?

Tal vez es momento de cambiar nuestra manera de ver la vida, la manera en que priorizamos nuestros valores y la forma en que percibimos las acciones de los demás; todo para nuestro beneficio, para nosotros poder vivir en armonía con los principios morales que aún conservamos.

El perdón es una muestra de que somos testimonio de Jesús crucificado, porque fue ahí, en la cruz, que Él pidió a Dios perdón por nuestros pecados, es con Él, que conocemos la compasión, la misericordia, la bondad y el amor. Es por amor que nos relacionamos con los demás y por amor aprendemos que no hay nada más importante en la vida que la reconciliación de unos con otros para poder vivir en armonía, porque fuimos creados para convivir con nuestro hermano y no para vivir aislados de todo con tal de no perdonar.

SI tu hermano te ofende, perdónalo; si te critica o te insulta, perdónalo; si te lastima, también perdónalo pués es ahí donde vamos a encontrarnos con Dios, en el perdón.

Propósito de hoy: Recordar que el perdón nos hace personas valerosas, hay que perdonar y a pedir perdón este día.