5 DE AGOSTO: NO QUIERO TRAICIONARTE.

Mateo 14, 1-12 “Dame la cabeza de Juan, el Bautista”

Qué petición tan fuerte y más aún la acción seguida de un rey, ante la orden de una joven, para quedar bien. Lo más fuerte es que hoy día seguimos escuchando estas palabras cuando a alguien le “estorba” otra persona. Herodes mandó degollar a Juan, para no quedar en ridículo frente a la gente, no fue porque creyó que Juan lo mereciera, no, porque incluso le tenía miedo o respeto por las cosas que predicaba; pero si para no perder poder.

¿Te suena familiar este caso, lo has escuchado antes, has sido tú alguno de estos personajes? Cuántas injusticias cometemos los seres humanos a causa del poder, de ser el que se cree un líder, de pensar que debemos quedar bien con los demás, aún en contra de nosotros mismos. Y entonces ¿ en donde quedan nuestros valores, nuestros escrúpulos, nuestro corazón amoroso y compasivo? ¿A qué le damos más importancia? ¿Dónde dejamos a Dios?

Vamos tomando conciencia que cuando entorpecemos el trabajo de alguno de nuestros compañeros, o cuando hacemos trampa, o cuando mentimos a favor nuestro sin importar el daño que le hacemos a otros, estamos dejando fuera de nuestro corazón la razón por la cuál Jesucristo vino a morir por nosotros. Nos olvidamos que los principios del amor van de la mano con el respeto y la honestidad y que no podemos tener una vida doble, actuando con amor para las personas que nos importan y pisoteando con desprecio a aquellos que no cumplen nuestros requisitos de obediencia, o que simplemente nos caen mal.

Quedar bien con alguien para mantener una posición social, o familiar, o en el trabajo comprometiendo nuestra integridad nos aleja de Dios. No hay nada más importante en el mundo que amarnos unos a otros como Jesús nos amó ¡a eso vino! A enseñarnos a amar. A poner frente a nosotros una corta lista de valores morales y reglas de conducta para nuestro bien, que están ahí, a nuestro alcance con solo decir su nombre.

No nos convirtamos en el hipócrita que traiciona, para quedar bien con los demás.

Propósito de hoy: Recordar mi escala de valores, entendiendo que los demás son tan importantes como yo, ante los ojos de Dios.