21 DE JULIO: CRECIENDO EN COMPASIÓN A TU LADO.

Mateo 12, 1-8 “Misericordia quiero y no sacrificios”.

La misericordia que nos pide Dios es aquella que nos acerca más a Él por medio de las cosas que hacemos y decimos, a través de la convivencia en armonía y el perdón a nuestros hermanos, Él no quiere que en el intento de seguir la ley, sacrifiquemos al amor.

Si, cuando la ley del hombre, juzga y condena no le da espacio a la compasión ni al arrepentimiento, es solo un camino, cuando en la vida hay tantos caminos. Tampoco quiere decir que vayamos por ahí rompiendo la ley, no, claro que no; pero que no se nos olvide que antes de ser perfectos, somos pecadores, somos personas que inconsciente o conscientemente nos inclinamos más al mal que al bien. Tenemos reacciones al actuar de otros como si fuéramos jueces perfectos, impecables, sin una falla y antes de que sacrifiquemos nuestra integridad hay que preguntarnos ¿qué nos hace dueños de la verdad?

Jesucristo quién vino a morir por nuestra salvación nos pide que jamás perdamos la esperanza en los seres humanos, que estemos preparados para ayudarnos unos a otros, para sentir que somos todos hijos de Dios, como Él y que los sacrificios que hagamos sean para su gracia, que sean siempre para servir como ejemplo de virtud y bondad a los demás, que aprendamos que vale más un gesto de amor que una condena otorgada por nosotros mismos a otros, porque no piensan igual que nosotros. Jesús estaba cargado de amor, no pensaba igual que los que practicaban la ley y terminó en una cruz pidiendo misericordia y perdón para todos nosotros que lo calumniamos y acusamos por no pensar igual que él.

Sacrifiquemos juzgar a los demás guardando silencio cuando algo no nos gusta del otro, porque cada quién lleva una vida diferente, con ideologías diversas que tal vez se parezcan más a las de Jesús que las nuestras. Vivamos libres de pensamiento y fortaleciendo nuestra fe para que a nuestro corazón nunca se vacíe del amor de Dios.

Propósito de hoy: Orar para dejar de juzgar a los demás y llenar mi corazón de misericordia y compasión.