19 DE JULIO: TE AGRADEZCO SEÑOR.

Mateo 11, 25-27 “Te doy gracias Padre.”

La acción de dar las gracias siempre nos hace grandes, porque es saber reconocer con humildad y agradecimiento que otros hicieron algo por mi o para mi. Vinieron en mi ayuda, prepararon la comida, me ofrecieron el asiento, lavaron mi ropa, y puedo quedarme aquí toda la reflexión anotando cuántas cosas diarias alguien hace por mi y de qué manera yo pongo una sonrisa en sus labios al agradecer con respeto y cariño su manera de demostrarme que existo en sus vidas. También puedo pensar en la sonrisa que yo tengo cuando hago todo esto por alguien más y sabe apreciar mi esfuerzo al darme las gracias.

Ahora imaginemos lo que siente Dios Padre cuando le damos las gracias, empezando por el hecho de despertar cada mañana. Podemos imaginar la alegría que implica para Él que lo sepamos reconocer, que nos demos cuenta que está aquí, que forma parte de nuestra vida, nuestro entorno, nuestro camino. Y así como no podemos salir adelante solos, siempre necesitamos de alguien más, así le pasa a Dios. A Él también le hacen falta los gestos de amor de nuestra parte. ¿Lo sabías?  Por no mencionar que nosotros sin la ayuda de Dios, no vamos a ningún lado.

Dios Padre nos ha permitido identificarnos con su Hijo Jesucristo a través de su humanidad y Él también se la pasaba agradeciendo al Padre y a las personas que caminaban a su lado. Cuando Jesús sana, cura, saca demonios, bendice y perdona, entre otras cosas más, es una manera de agradecerle a Dios a nombre nuestro por medio de su amor.

Como cristianos somos muy afortunados de tener un Dios que se conforma con poco, que nos pide mucho, eso es, pero que le damos tan poco y a veces ni ese poco. ¿Cuándo fue la última vez que le agradeciste por algo? Y el domingo ¿Acudiste con alegría a su casa, por tan solo un hora o fuiste medio obligado, porque así te enseñaron? Es interesante qué tan poco estamos dispuestos a ofrecerle a Dios, cuando nuestros esfuerzos se ven bendecidos por Él, por su gracia y misericordia todos los días de nuestra vida.

Agradecer es un gesto gratuito, no nos cuesta nada y también nos alegra el día a nosotros. Nunca es tarde para empezar.

Propósito de hoy: Poner en práctica la gracia del agradecimiento hacia Dios Padre y hacia las personas que hacen algo por mi.