15 DE JULIO: PERDÓNAME, NO SABÍA LO QUE HACÍA.

Mateo 10, 24-33 “No tengan miedo, Ustedes valen más que muchos.”

Seguimos hablando de cómo los demás pretenden quitarnos la paz cuando vivimos plenamente en el amor de Dios. Y Él nos fortalece y nos insiste que no tengamos miedo, que Él está con nosotros en su verdad.

A veces nos decimos: qué difícil es tener fe. Y es que la fe la debemos de pedir, decirle a Dios que lo amamos, que queremos vivir siempre en su verdad, siguiendo sus mandamientos y pedirle que nos llene de su gracia por medio de la fe. Y la fe la alimentamos cuando queremos aprender más sobre nuestra religión, leyendo la Biblia, por ejemplo.

¿Sabes que en la Biblia puedes encontrar las respuestas a todo? Si, es como que imposible de pensar que en un solo libro existen miles de respuestas a toda situación que vivimos, en lo emocional, en lo social, en lo personal y claro que en el encuentro con Jesús. Tiene dos partes, una se llama el Antiguo Testamento que nos cuenta la historia de la creación por Dios Padre y  todo lo que sucedió antes de que naciera Jesús. Y el Nuevo Testamento nos relata la historia de vida del Hijo de Dios. En la primera parte están Los Mandamientos de la Ley de Dios y en la segunda está el Mandamiento Nuevo, que nos lo dio Jesucristo.

Los primeros hablan de cómo vivir la vida para no tener miedo, porque en el amor de Dios nos refugiamos siempre y es en su Palabra de Vida Eterna que encontramos los lineamientos para ser plenos, agradecidos, misericordiosos, compasivos…buenos. Y el último y más nuevo, es el que supera a todos los demás porque Jesús nos pide que amemos a los demás como Él nos ama a nosotros y es por medio del amor que nos llenamos de pensamientos y acciones positivas que nos impulsan siempre a ser una mejor versión de nosotros mismos.

No tengamos miedo, vivamos una entrega de amor al perdonar y al pedirle perdón a aquellos que hemos ofendido, aún cuando no nos dimos cuenta. El perdón nos acerca a la humanidad de Jesucristo, que, estando en la cruz pidió perdón por todos los que no sabían lo que hacían. Igual nosotros sin miedo pidamos perdón por no saber lo que en ocasiones hacemos en contra de los demás, de nosotros mismos y de Dios.

Propósito de hoy: No tengamos miedo de sabernos hijos de Dios y de compartir su amor con los demás.