14 DE JULIO: TÚ VALES LA PENA.

Mateo 10, 16-26 “Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra.”

¿Qué nos querrá decir la Palabra de Dios en este Evangelio de Mateo? Nos dice también que seremos perseguidos por seguirlo a Él.

Cuando tu hablas de Dios, del Padre, del Hijo o del Espíritu Santo, seguro te has encontrado con personas que no están de acuerdo contigo y te hacen dudar tus ideas y pensamientos sobre la religión que profesas. No te asustes, eso ha pasado desde que llegó Jesucristo hace mas de dos mil años y aun hoy día, las personas no hemos aprendido a respetar la ideología religiosa de los demás.

“Cuando los persigan en una ciudad, huyan”, no quiere decir que tomes tus cosas y te vayas a otra ciudad, a menos que el acoso que recibas por creer en Jesucristo pase los límites, tal vez, de tu propia paz. Pero sí podemos interpretarlo como una manera de alejarnos de las personas que se burlan de nuestra fe. A veces es bueno considerar qué es más importante, convivir con una persona que no te sabe respetar porque no piensas como el o ella, o sentir que en Dios encuentras la fortaleza para salir delante de cualquier adversidad. Debemos saber qué es lo que mueve nuestra manera de ser, cuáles son nuestros valores, cómo queremos vivir nuestra vida; tomando decisiones basadas en lo que los otros piensan de nosotros, o en nuestras convicciones.

Ser perseguidos por causa de Jesucristo es precisamente eso, que la gente se burle, que se rían cuando hacemos oración, que exista el dicho “cucaracha de iglesia”, esa es una persecución religiosa, es una manera de querer que no hablemos de Dios, nos quieren hacer sentir humillados con sus comentarios irónicos. Y tristemente a veces es tu pareja, o tus hijos, o los vecinos, incluso tus padres, o tu mejor amigo. Dios sabe que cuando hablamos de Él, nos sentimos plenos y llenos de su amor y no hay nada que detenga nuestra fe.

Si es bueno ser prudentes, pero jamás negar a Dios. Él solo quiere que aprendamos a vivir en paz los unos con los otros, que no haya pleitos y que el perdón sea siempre lo más importante para saber que vale la pena amar a Dios.

Propósito de hoy: Quiero vivir en paz teniéndote a ti como mi fuerza de amor.