12 DE JULIO: SOMOS MISIONEROS DE TU PALABRA.

Mateo 10, 1-7 “Si no los reciben, salgan de esa casa y sacúdanse el polvo de los pies”

Éstas palabras le dijo Jesús a sus apóstoles cuando los envió a proclamar Su Palabra. Quién no quiera escuchar, que no escuche, prácticamente ese fue el mensaje. ¿Cuántas veces nosotros no escuchamos lo que es bueno para nuestra vida? Seguro te ha sucedido que alguien te quiere dar un consejo, o sugerir como puedes hacer las cosas mejor o batallando menos y tú, decides hacer las cosas a tu manera. Y es muy válido, sin embargo tal vez los demás ya pasaron por ahí y solo quieren ayudarte.

Así son las maneras de Dios. Sutilmente quiere ayudarnos y nosotros preferimos elegir otras maneras que creemos más fáciles, caminos antes recorridos que nos significan poco o nulo esfuerzo. Recibir la Palabra de Dios, es querer entender que aun sin saberlo todo, vamos guiados de su mano para alcanzar metas de una manera mas sencilla.  Los apóstoles como tu y como yo, estamos invitados a ser misioneros en esta vida, y a llevar esa palabra viva a todos los demás, somos los enviados de Dios, personas comunes, sencillas y listas para hablar de Dios; y, en caso de ser rechazados, está bien, no debemos enojarnos porque en la creación, a cada uno se nos dio la capacidad de elegir o rechazar a Dios, así que no hay que sentirnos mal si alguien nos dice que no cree en Jesucristo y nos pide que cambiemos el tema, pero nunca tengas miedo de hablar de Él.

 Una cosa que debemos recordar y tener siempre presente es que también somos peregrinos en busca del amor de Jesucristo Resucitado, así que no  hay que detenernos. Si nuestra alma necesita más de Dios, busquemos convivir con personas que piensen igual que nosotros y compartir el gran amor que tenemos en el corazón, porque es ahí donde encontramos a Dios.

Propósito de hoy: Sentirnos libres de hablar de Dios con los demás.