25 DE JUNIO: CONTIGO TENGO VIDA ETERNA.

Mateo 10, 26-33 “No tengan miedo”

A veces es difícil no tener miedo, en especial a lo que no conocemos, pero ¿Qué pasa cuando tenemos miedo a lo que sí conocemos? ¿Por qué se tiene miedo?. En cualquier circunstancia que nos encontremos y nos dé miedo es porque estamos en peligro, o porque nuestro subconsciente sabe que estamos por hacer algo incorrecto.

¿Te has puesto a analizar porqué te dan miedo las cosas?

Cuando las personas no tienen fe, puede ser por que nadie les ha hablado de Dios, tal vez en su casa nadie conocía a Dios, o la imagen que tenían de Dios les impidió amarlo y por eso no había fe en sus hogares. Tal vez es tu situación, o la de alguien que conoces. Y eso lleva al miedo. A la vez, también hay familias que han crecido con Dios y solo le tiene miedo a Él, que implica un gran amor porque el temor de Dios, es no querer hacer algo que lo ofenda, como faltarle al respeto a tus padres, o estar en enemistad con tus hermanos, por decir unos muy comunes en la sociedad en que vivimos.

Aquellos que tenemos fe, vamos a ser atacados continuamente por quienes creen que lo saben todo, hasta el punto de ponernos retos para demostrar que Dios no existe y debemos de tener cuidado porque el bien jamás nos va a poner retos para comprobar si existe o no Dios, así que son solo tentaciones que aparecen en el camino, a las que debemos hacer de lado sabiendo que contamos con la protección de Dios y que siempre va a ver por nosotros, para que ese miedo deje de existir.

En la historia de la humanidad hay muchas personas que han conocido y amado a Dios, a tal grado que han defendido su palabra de vida eterna, con la vida misma, y seguramente tuvieron mucho miedo, pero demostraron su fe de una manera valerosa, sabiendo que aunque les mataran el cuerpo, nadie les podía quitar la vida.

Jesucristo; el también perdió la vida por nosotros, para que nosotros no tuviéramos miedo al vivir en su verdad, en la verdad de la palabra de Dios.

Propósito de hoy: Recordar a toda hora que vivo bajo la protección de Jesucristo