17 DE MAYO: ¡TE ESCUCHO!

Juan 16, 12-15 “Aún tengo muchas cosas que decirles.” 

Jesús nos habla de lo mucho que tiene que decirnos, porque es infinita su palabra de vida y nos ayuda en todo momento a aceptar con humildad las cosas que suceden en nuestra vida, que siempre tienen una razón de ser. Como esa vez que se te fue el autobús y creías que llegarías tarde, pero pasó un conocido y te llevó hasta donde debías de ir, más cómodo que en el bus. O como cuando te ganaron el vestido que tenías ilusión de comprar y lloraste hasta que te diste cuenta de que había uno con el que lucías mucho mejor. Y así, éstos son ejemplos muy simples, pero así nos sucede muchas veces, es en las cosas sencillas que Dios decide qué nos conviene más, o por qué debemos hacer unas y no otras. En la enfermedad Dios nos da el consuelo para el alma, si, se lo difícil que es aceptar la enfermedad y también la muerte, que es a donde llegaremos a descansar a su lado y en paz, es el camino hacia la vida eterna. 

Siempre debemos pensar que Dios sabe porque nos pasan cosas que no podemos explicarnos, que nos causan dolor. Como católicos, nuestra fe nos ayuda a poder entender y a aceptar las decisiones que no podemos controlar. Hay que pensar que tal vez la otra opción no era fácil tampoco, pero que nos alejaría de la verdad de Dios, de su palabra que es tan valiosa porque nos dicta una manera de vivir que nos permite darnos cuenta del bien que podemos hacer por los que nos rodean. Dios nos acerca a poder perdonar y a aprender a pedir perdón; a vivir en libertad, a ser bondadosos y tener consideración por los otros.  

Nos falta mucho por aprender de Jesucristo, como su manera de perdonar, ahí en la cruz; sobre cómo amó a tanta gente sanándolos física y espiritualmente; a cerca de su largo camino haciendo amigos a quienes bendijo para que ellos nos bendijeran a nosotros con el amor del Espíritu de Dios que florece en el corazón. 

Pongamos atención, escuchemos lo que Dios nos dice cada día a través de quien nos rodea, aprendamos a reconocer sus palabras para poder dar testimonio y sentirnos plenos sabiendo que ahí vamos, caminando, poco a poco a su lado. 

Propósito de hoy: Abrir mi corazón para escuchar a Dios en los demás.