7 DE MAYO: SOY PIEDRA VIVA EN TU AMOR.

1 Pedro 2, 4-9 “Ustedes también son piedras vivas” 

Ser piedra viva es vivir en la confianza de que Dios nos fortalece. Somos piedra que edifica su iglesia y la iglesia no es un edificio, no, la iglesia somos nosotros. Y somos los que sostenemos la verdad de Dios. Es por nuestro testimonio que la iglesia no se desmorona. Si, tal y como lo lees. Cuando hablamos de Dios y no permitimos que nos repriman ni que nos clasifiquen como personas ilusas ¡Estamos siendo piedras vivas! Somos mensajeros del amor, de la sabiduría de Dios que se lleva en el corazón porque nos sabemos sus hijos. 

Muchas veces sentimos que estamos perdidos en hábitos y costumbres que nos avergüenzan y no sabemos ni qué hacer. Es cuando hay que disponernos a Dios.

Pero ¿Cómo? Con el corazón. 

Tenemos un llamado del que nos reímos: a ser santos. Y pensamos que los santos son personas que han llevado una vida impecable desde que nacieron y pues no. Muchas veces son personas que llevaron una vida muy desordenada pero que en un momento del camino se arrepintieron y dieron un cambio de 350 grados para el beneficio de los demás. Todos estamos llamados a la santidad, a la nueva vida, a ser como Jesús, dejando la vida de antes atrás y decidir seguirlo por sobre todas las cosas, vivir en su verdad salvadora y creer en Él, rechazando toda maldad y engaño, toda hipocresía y calumnia. 

Seamos ejemplo de bondad por medio del servicio a los demás, vivamos el amor de Dios con nuestros amigos y familiares, respetemos la ideología de los demás y entremos en discusiones saludables sin juzgar ni culpar; sino con la certeza de que, en la verdad de Dios, podemos lograr que reine paz entre nosotros procurando honestidad y esa genuina sinceridad de vida para acercarnos un poco a la santidad como piedras vivas del amor de Dios. 

Propósito de hoy: Rectificar en nuestros defectos y ser más como Jesús.