6 DE MAYO: QUIERO SER COMO TÚ.

Juan 14, 7-14 “Yo haré cualquier cosa que me pidan en mi nombre” 

Esta promesa, es una promesa que nos hace el creador y tal vez no en nuestros tiempos, sino en los de él, lo que le pidamos nos lo va a conceder por su gracia, siempre y cuando sea algo que nos haga convertirnos en mejores seres humanos. A Dios hay que pedirle todo lo que tenga que ver con nuestra fe, que es por medio de ella que creemos en él. Cuando compartimos la verdad de su palabra de vida eterna estamos siendo testigos de su amor infinito. 

Se qué hay ocasiones en que no entendemos porque le pasan cosas malas a la gente buena, ni por qué varias veces los evangelios nos dicen que el que más sufre más cerca está del cielo. Y hay que poner atención a esta frase, porque no es que Dios nos quiera siempre llorando o sufriendo penas y dolor. No, creo que más bien se refiere a de qué manera vamos a enfrentar ese dolor. Si vamos a vivirlo solos o si nos vamos a encomendar a Él para que nos de fortaleza y podamos sobre llevar cualquier tormenta en nuestra vida. Muchas veces sentimos que vamos solos por el camino y es porque no queremos abrirle el corazón para dejar que florezca en nosotros, nos negamos a ver las cosas con los ojos de Dios. Cierto es que también es difícil, ¿Cómo puedo ver con los ojos de Dios a esa persona que me lastima, que me traiciona, que me odia? 

Ese es el reto que tenemos los seres humanos, en especial los que creemos en Cristo Jesús, porque en sus enseñanzas está el perdón y la compasión; la tolerancia y la paciencia; y el amor con que vemos a los demás y con que hacemos las cosas. Difícil ¿Verdad? ¡Claro! Nadie dijo que la vida iba a ser fácil, pero si podemos intentar vivirla agarrándonos a la verdad qué hay en la palabra de Dios que al final del día es ese mandamiento nuevo que nos trajo Jesús: el amor. 

Propósito de hoy: Pedirle a Dios que me ayude a ser como Él.