Sábado 13 de marzo – Señor, apiádate de mí que soy un pecador.

Lucas 18, 9-14.

El publicano regreso a su casa justificado, el fariseo no.

Cerramos esta semana con una dosis de ubicación y realismo: “Señor apiádate de mí, que soy un pecador”. Me encanta esta actitud del publicano. Se lo que debo hacer, quiero hacer lo que sé debo hacer, pero a la hora de la hora me gana la impaciencia, el atarante, la actividad, la reacción… “Señor apiádate de mí, que soy un pecador”. Y mi Señor es lo que ve, ve la lucha, ve las ganas, ve la decisión, ve los deseos de cada uno; si el resultado es bueno o malo, ya Él se encarga. Mientras nosotros no perdamos de vista quiénes somos: criaturas limitadas e hij@s muy amad@s, que vamos en camino con una camiseta y un equipo  #IamThird; que a veces nos pesa y mucho, pero que al final del día, llego a cerrarlo diciendo “hoy ame con todo mi mucho. Apiádate de mí Señor que soy débil y pecador, sé que así me quieres y mañana volveremos a empezar juntos Tú y yo como equipo para amar mucho”.

Propósito: Hoy amaré con todo “mi mucho”.