3 DE MAYO: VIVO PARA SER TESTIMONIO DE TU AMOR.

Juan 14, 6-14 “Yo soy el camino, la verdad y la vida” 

Creo que, de las palabras de Jesucristo, estas son mis favoritas.  

“Soy el camino” nos lo recuerda desde el día uno; pero te preguntarás y ¿a dónde me lleva este camino? Bueno, pues te lleva a la paz contigo mismo al conocerte como hijo amado de Dios lleno de dones y virtudes y rumbo a una vida digna. “Soy la verdad” te lleva a una vida justa donde no tienes la necesidad de juzgar a los demás porque entiendes que ese no es tu papel, que te toca a ti ser testimonio del mandamiento nuevo del amor de Dios y que con el Espíritu Santo tengas el valor de amar a los demás. “Soy la vida” ¡Wow, la vida lo es todo! Imagínate que alguien murió para que tu pudieras ser entendido, para que tuvieras derechos y fueras tratado con respeto, para que tuvieras vida eterna después de la vida, donde ahí sí, nuestra fe nos da a saber que todos somos iguales.  

El camino que tu llevas recorrido, lleno de subidas y bajadas, de alegrías y tristezas, ¿Va dejando huella? ¿Podrás ver hacia el frente dejando atrás los egoísmos que a veces manejan tu vida? Imagina que en un futuro te recuerden porque fuiste una persona bondadosa, considerada, capaz de entender el dolor y el sufrimiento de los demás, y no que nadie te recuerde, por no pensar en el daño que le hiciste a los demás; que seas esa persona que lleva como bandera, la verdad, la de Dios, que nos ayuda a cumplir promesas de amor y misericordia porque significa que has ayudado a los demás con alegría, que cuidas a tus padres y que escuchas a quién necesita un hombro que lo consuele. Que seas siempre dador de vida al compartir tu alegría, en la armonía con que hablas, por medio del servicio que das con gusto, siendo esa luz que refleja tus virtudes y dones. Y que aquél que es el camino, la verdad y la vida te lleve siempre hacia su corazón amoroso. ¡Que así sea tu testimonio del amor de Dios! 

Propósito de hoy: Saberme hijo amado de Dios.