29 DE ABRIL: EN LAS BUENAS Y EN LAS MALAS.

Juan 6, 60-69 “¿También Ustedes quieren dejarme?” 

Las decisiones que tomamos en la vida nos marcan para siempre. Si elegí una carrera que me gustaba a mí o la que mis padres quisieron; si me casé muy chico porque así decidieron por mí y ahora soy muy feliz o, todo lo contrario. Si cambié mi estilo de vida al servicio, dedicándome a ayudar a los demás y no es socialmente correcto para mi familia; si opté por ser un político y para no desencajar me convertí en uno corrupto, o si soy una ama de casa feliz…todo lo que decidimos lleva consigo una carga emocional que en ocasiones es difícil seguir, luchamos para ser exitosos y salir adelante y sin darnos cuenta abandonamos a Dios. Se nos olvida que, si nos agarramos de Él, cualquier decisión que tomemos va a ir acompañada de su misericordia y de su consuelo. Con Jesucristo nos llenamos de fortaleza, nos sentimos protegidos y amados, podemos saber que, al actuar en la verdad de su palabra de vida eterna, será todo menos difícil. 

Dejar a Jesús o seguir sus pasos ¿Tú, que dices? Cuando intentas vivir una vida ordenada, en cualquier decisión que hayas tomado por lo general tu camino va a ir mejor; pero si en ese camino, aun cuando intentas hacerlo de lo mejor: fallas ¿Adivina qué? ¡Solo eres un ser humano! No eres un robot, y es muy normal que te equivoques, que desatines, que elijas muchas veces la opción más fácil que por lo general nos aleja de Dios.  

Pero, hoy es el día de las adivinanzas, ¿Adivina qué? Ahí sigue Dios contigo, conmigo, con cada uno; porque está esperando que regresemos a Él, que lo dejemos actuar en nosotros. Es un acto de fe cuando, en las buenas y en las malas, Él se presenta frente a nosotros “por la providencia”, decía un peregrino y nos ayuda a solucionar las cosas, las enemistades con los demás, nuestras angustias y el dolor. Es por medio de su infinito amor, que nos inspira siempre a reconciliar, a rectificar y a cambiar de opinión.  

Él jamás nos deja. 

Propósito de hoy: Que no se me olvide que en toda dificultad Jesús está ahí para ayudarme.