22 DE ABRIL: QUIERO SENTIR TU CALMA.

Juan 6, 16-21 “Soy yo, no tengan miedo” 

Cuando vamos por ahí caminando pensando en nuestras cosas y de repente aparece de la nada alguien frente a nosotros ¿Nos asustamos? Tal vez si vamos muy concentrados ¡Sí! imaginemos a unos pescadores en medio del mar, con aguas un poco turbulentas y de repente ven a alguien frente a ellos ¡caminando sobre el agua! ¡Hay hay hay! Pues claro que se van a asustar.  

“Soy yo, no tengan miedo”  

Esas palabras han de haber sido pronunciadas con una calma que contagió a estos pescadores y también al mar, cuando las dijo Jesús. Y son esas mismas palabras que escuchamos constantemente en nuestro corazón, las palabras de vida eterna y de amor que Dios nos recuerda cada vez que sentimos alguna angustia: “no tengas miedo”, nos dice. ¿Las has escuchado? O podríamos decir, ¿las has sentido en tu corazón? Es como la vocecita de tu conciencia que frecuentemente te está hablando y te está recordando que por más solo que creas estar, más cerca de ti está Jesucristo.  

A veces las personas me comentan que no escuchan a Dios y yo les digo que para escuchar a Dios hay que estar dispuestos, hay que abrir el corazón porque Él está ya dentro de nuestro corazón, solo que ponemos esas terribles barreras que no nos permiten sentir sus latidos junto a los nuestros. Vamos construyendo un lugar seguro para el corazón, vamos dejando el miedo fuera de él; pero ¿cómo? Podemos empezar dejando fuera también al odio, al rencor, al sentimiento de venganza o de repudio hacia los demás.  

Construir un lugar seguro, digno y pacífico para el corazón, es abrazar el amor de Dios por medio del servicio a los demás, con la bondad y la misericordia; es querer vivir en la verdad y ser justos con la manera en que entendemos las cosas y las situaciones; es vivir en armonía a través del perdón y el buen comportamiento respetuoso y compasivo para quienes comparten nuestro camino.  

Te invito a no tener miedo como nos decías San Juan Pablo II, la vida es para los que se atreven a vivir en el continuo amor de Dios. 

Propósito de hoy: Caminar sabiendo que en nuestro corazón vive Jesús.