19 DE ABRIL: QUIERO SER TU LUZ.

Juan 3, 16-21 “Todo aquel que hace el mal, aborrece la luz y no se acerca a ella, para que sus obras no se descubran” 

¿Dónde vives tú? ¿En la luz o en la obscuridad? ¿Te da miedo que se descubran tus acciones? o, eres de las personas que actúan conforme a la verdad y no tienes necesidad de ocultarte ni por lo que haces, ni por lo que dices.  

¿Te escudas detrás de alguien a quien culpas de tus acciones? O, eres quien afronta sus errores y reconoce que al equivocarse la luz te permite pedir una disculpa y componer tus equivocaciones cuando sabes que hiciste algo incorrecto, o imprudente, o que lastimó a alguien más, aparte de a ti mismo.

¿Con cuál personaje te identificas más, con quién aborrece la luz o con quien se acerca a la luz? 

Una de las maneras más grandes de ser testimonio de Dios, es el perdón. Cuando pedimos perdón podemos seguir adelante en nuestros propósitos ya que nada nos ata a un sentimiento desagradable que solo bloquea nuestra mente. Y el perdonar nos engrandece y nos asemeja mucho a la figura de Jesucristo, quién en la cruz tuvo la gracia de perdonar a los que no sabían lo que hacían y a los que aun sabiendo que era inocente lo condenaron. De igual manera ahí, en la cruz nos perdonó a nosotros para que pudiéramos heredar la misma gracia y la pudiéramos aplicar a nuestra vida.  

El que se esconde con una fachada dulce e inocente, solo crea un mayor conflicto con los valores de cada quién, ya que pone en duda tus propios valores. Cuando alguien te habla mal de una persona, pero lo hace de tal manera que te adueñas de ese sentimiento como si tu fueras quien lo dice, te daña la pureza que tienes en el alma; es tan experto en enredarte tanto que después te hace culpable a ti de lo que dijo en contra de alguien más. Todo aquel que hace mal, tiene formas muy bonitas de involucrarte en algo que no te corresponde y debes tener mucho cuidado, como nos dice este Evangelio, para que tus obras conforme a la verdad se vean siempre como un reflejo de Dios y que no seas tú quien viva en la obscuridad. 

Propósito de hoy: Que tu luz siempre brille sobre toda obscuridad.