1 DE ABRIL: QUE TU VERDAD SEA MI VERDAD.

Juan 11, 45-56 “Ese hombre está haciendo muchos prodigios” 

El bien y el mal.  

Jesús hizo muchas cosas buenas y sufrió muchos ataques porque las personas sapientes no entendían como es que tenía tanto conocimiento de Dios Padre; por más que les decía que era el enviado, el Hijo de Dios y preferían no creerle. Muchos lo siguieron y como él, aceptaron también ser maltratados, asesinados, apedreados, crucificados; y aún así el ser humano sigue prefiriendo el mal del bien. Es algo inexplicable. Tener obras de caridad y servicio a los demás es visto como muestra de debilidad, cuando debería verse como algo natural.  

Una encrucijada que siempre se aparece en el camino. ¿Recuerdas cuando estabas en la escuela, en algún club, o en el trabajo, el grupo de los que hacían “bulling” como se le dice ahora al acoso y el grupo de los tranquilos que no rompían ni un plato, considerado los “aburridos”? ¿En cuál grupo estabas, con quién te identificabas? Es curioso porque tal vez, la mayoría de las personas se identifican con el segundo, pero dirán que querían estar en el primer grupo, el de los sociables que parecían adaptarse a todo, no importaba las pruebas que les ponían, trataban de superarlas a toda costa, para pertenecer a los que tenían poder. Sin embargo, probablemente eran los que más miedo tenían y los que más lastimaban a los demás. 

Recordemos cuando Jesús le dice a sus discípulos, algo así como: vayan a los pueblos y cuando alguien les cierre la puerta y no los quiera escuchar o les hechen pleito sigan su camino, no se detengan; ya habrá quién sí los quiera escuchar. Así seguimos viviendo hoy día, donde encontramos gente que no quiere escuchar, pero hay que seguir nuestro camino, sin detenerse a perder el tiempo queriendo convencer a alguien de corazón cerrado. Si estamos en una situación de hacer el bien, no desaprovechemos la oportunidad; es una sensación muy bonita, en lugar de ir acumulando odios, disgustos y malos ratos ya que la recompensa que vamos a recibir la vamos a ir guardando en el corazón y así nuestro corazón va creciendo en amor.  

Que la verdad de Dios, sea tu verdad, que los caminos que Él nos invita a seguir sean los más recorridos por cada uno de nosotros, porque son los que nos llevan al bien, a la paz, al perdón y a la reconciliación. 

Propósito de hoy: No dejar de hacer el bien aún si las personas no logran entenderte.