Juan 8, 31-42 “Conocerán la verdad y la verdad los hará libres.”
Cada persona tiene su propia verdad, es por ello que la verdad jamás será absoluta; por lo menos no la verdad humana. Decir verdad absoluta significa que lo que yo digo es la única verdad que existe en el mundo, así es el pensamiento de la mayoría de las personas y no saben escuchar razones porque solo exíste la que ellos tienen, sus decisiónes y su interpretación de la verdad. ¡Qué tan equivocado se puede estar con esto de la verdad!
Verdad es la Palabra de Dios, y su amor por nosotros. Su muerte de cruz fue para que nuestros pecados fuesen perdonados y para que aprendieramos, de su dolor, a vivir como seres humanos de amor y de paz. ¡Cuánto le hemos fallado! Se vive con la soberbia de querer siempre ganar, aun si se hace trampa; de querer ser el mejor sobrepasando cualquier valor existente. Hemos fallado como humanidad desde el principio del tiempo cuando no sabemos convivir como buenos hermanos y vecinos, cuando quiero lo que es tuyo y tu no respetas lo que es mio, empezando por mi ideología. Esta bien querer ser exitosos, mas jamás será bien que tengas éxito a expensas del más débil de quien te aprovechaste.
La verdad nos ayuda para pedir perdón cuando es necesario. Vivamos en un mundo de servicio y carida para el otro. Hoy tu puedes estar en una situación privilegiada que te invita a ayudar al que tiene menos, de ser ejemplo de virtud y enseñar a otros lo que sabes y compartir lo que tienes. Tal vez mañana no seas tan afortunado y necesites de alguien mas. Ofrece la verdad con la que quieras ser medido a cada paso que das. Que tu palabra sea amable y bondadosa, que en tu corazón quepa el amor para poder perdonar y evitar sentimientos de odio y venganza . Que tu verdad hable por ti y si un día te equivocas, está listo para recapacitar y reconciliar asperezas que te permitan tener una vida digna y llena de amor, en la verdad de la Palabra de Dios.
Propósito de hoy: Que tu verdad se parezca mucho a la verdad de Dios.