27 DE MARZO: ¿QUIÉN SOY PARA JUZGARTE?

Juan 8, 1-11 “Vete y no vuelvas a pecar” 

En esta parte del Evangelio de Juan, Jesús nos está dando una lección de civismo, de cómo tenemos que actuar ante las faltas de alguien más. Antes que nada, lo primero es preguntarnos ¿qué tanto mal he hecho yo, acaso menos que esta persona como para sentir que tengo derecho a juzgarla? En el transcurso de nuestra vida cometemos muchas faltas a la moral, tal vez mentimos, o dejamos de ayudar al prójimo cuando podemos hacerlo y principalmente lastimamos a los demás, queriendo o sin querer. Entonces, ¿Cómo somos capaces de juzgar al otro, cuando también somos pecadores?  

Y como bien dijo Jesús, “el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.”  

La mejor manera de vivir la vida es a través de la misericordia y del perdón; yo te pido perdón por lo que te falté y también te perdono por lo que me faltaste. Al final del día lo que más importa es perdonar, y en este perdonar, tener mi corazón limpio de dolor, aprender a llevar la paz por todos lados y a todas las personas que visito y veo. La enemistad solo nos causa enfermedades, la primera y tal vez más importante es la del alma; el dolor al no querer perdonar es tan grande que jamás vas a encontrar una puerta de salida que te lleve a ser feliz, eso jamás, porque es con el perdón que te llega el deseo ardiente de ser feliz ¿Lo sabías?  

¡Inténtalo! El perdón te va a llevar a un lugar tranquilo y libre de cruces, vas a dejar por fin de traer en tu espalda desilusiones, traiciones, desigualdades, sufrimiento, penas, amargura, soledad. Las personas creen, que deben cargar con eso tan pesado que se llama, tal vez, pecado. Pareciera que les gusta ser víctimas de sus propias palabras y decisiones. Pero no seas así. El perdón quita cargas de encima, te va haciendo esa cruz menos pesada, solo tienes que estar dispuesto a querer perdonar por el gran amor que tienes en tu corazón, solo debes quererlo…y perdonar. 

Recordemos que todos tenemos la capacidad de amar, depende que tan abierto tienes tu corazón a ser amado y a recibir el amor de los demás con los brazos abiertos, empezando por abrir tu corazón al infinito amor de Dios. 

Propósito de hoy: Perdona.