9 DE MARZO: PROCURO UNA CONSECUENCIA DE AMOR.

Lucas 16, 19-31 ” Por eso él goza ahora de consuelo, mientras que tú sufres tormentos.” 

El consuelo del corazón, la misericordia del alma, los tormentos que enfrentamos en la vida y que decidimos seguir; son muchas emociones, diría yo, que tenemos que vivir y experimentar para crecer. Y cuando hablamos de crecer, no precisamente quiere decir en edad, muchas personas creen que la edad es sinónimo de sabiduría y sin embargo no lo es estrictamente. La sabiduría nos la dice Jesús Ben Sira, en el libro del Eclesiástico, su manual para ser sabio, que, con su visión universal reconoce que Dios interviene en la historia de la humanidad, como guía y autor del universo, con pleno dominio sobre el bien y el mal, haciendo hincapié en la libertad y la responsabilidad que tenemos cada uno de nosotros al momento de elegir el bien o el mal que involucra el don del Espíritu Santo en el Temor de Dios. 

Mucho se habla del castigo. A mí me gusta más bien interpretarlo como la consecuencia a las acciones que tomamos y que omitimos. Todo trae una consecuencia favorable o no, que se mide en alegrías o en dolor; en pérdidas o en ganancia; en seguridad o inseguridad, así como en amor y desamor.  

A veces cuando los evangelios nos hablan de pobreza, no es precisamente monetaria, económica; no. Se refiere a la pobreza del espíritu, del alma, del corazón. Y un texto muy hermoso es el de la Bienaventuranzas. 

Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos los afligidos, porque Dios los consolará. Dichosos los humildes, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de hacer la voluntad de Dios, porque Dios los saciará. Y así los misericordiosos, los limpios de corazón, los que construyen La Paz, los perseguidos y aquellos calumniados por hablar de Dios, porque será grande su recompensa.  

Lo que nos habla de nuestra actitud dispuesta a Dios con una conducta cristiana, para hacer la voluntad del Padre como un estilo de vida que nos lleva a la felicidad. 

Propósito de hoy: Poner en práctica las bienaventuranzas en mi vida para ser feliz.