23 DE FEBRERO: QUIERO CONOCER TU MANDAMIENTO NUEVO.

Lucas 9, 22-25 “Si alguno quiere acompañarme, que tome su cruz y me siga” 

Acompañar a Jesús, tomar nuestra cruz y seguirlo. ¿Qué clase de invitación es esta? Tal vez podamos creer que es algo impensable. ¿Qué es eso de tomar mi cruz? ¿Seguirlo, a dónde? 

Ayer acaba de iniciar la Cuaresma con el miércoles de ceniza y que mejor lectura que saber qué es lo que Dios quiere para cada uno de nosotros, eso que sea para edificar nuestra vida, para dignificarla, para llenarla de amor. 

 Muchas personas hablan de los sacrificios que van a realizar durante la cuaresma, que, si dejan el chocolate, o la cerveza, por ejemplo. Tomar la cruz de Jesús significa renunciar a algunos hábitos que nos separan de él, renunciar a actitudes que nos impiden seguir sus enseñanzas. Seguirlo a él es ir por el camino difícil, es cierto, pero ese camino nos lleva a alcanzar la felicidad, por ahí podemos ver la verdad, en su palabra. Las reglas de la vida son muy importantes, como la ley civil que nos propone leyes, que, de seguirlas, tendríamos una sociedad funcional y pacífica; y la ley de Dios, que nos enseña el camino a la felicidad. 

 Renunciar cada día a aquello que nos separa de Dios, es tener el deseo y la determinación de comportarnos de la mejor manera posible. Amar a Dios y no a ídolos que nos venden con la promesa de un milagro; ser fiel al amor de Dios y no jurar en su nombre; hacer oración ir a misa; respetar a nuestros padres, agradecerles, honrarlos; que nuestro rencor y odio no nos lleve a matar ni a cometer adultero; a no hablar mal de las personas y que no sintamos la necesidad de robar, ni de querer lo que a otros les ha costado trabajo obtener.  

 Esta renuncia nos lleva al mandamiento nuevo y único que sobre pasa todas estas reglas, porque para poder renunciar a tanto lo que más necesitamos es este gran mandamiento nuevo que es el amor. Que nuestra vida este llena de Jesús, de su amor, de su entrega en esa cruz, que nos permita ser mejores seres humanos, que nos de la gracia del amor hacia todos. Necesitamos querer este mandamiento nuevo y la manera en que lo vamos a lograr es a través de la oración, de la entrega, del servicio, de la manera en un hacemos las cosas, de la misericordia. Que nuestros pensamientos estén fundamentados en el amor de Dios para que así, podamos tener en realidad una renuncia a lo que nos hace mal y con esfuerzo llevemos la cruz para poder seguir a Jesús desde nuestro corazón. 

Propósito de hoy: Vivir con intensidad el mandamiento nuevo para poder renunciar a lo que me aleja de ti.