9 DE FEBRERO: SOY PORTAVOZ DEL AMOR DE DIOS.

Marcos 7, 24-30 “Por eso que has dicho.” 

Ser testimonios de fe es una gran virtud que alcanzamos cuando hacemos oración. Y la oración puede ser diferente para todos; por ejemplo: el rezo del rosario nos invita a tener un acercamiento con María, nuestra madre; la liturgia de las horas, se reza durante el día con oraciones muy actuales, aunque se escribieron hace dos mil años, que nos ayudan a reflexionar sobre nuestra actitud y comportamiento; hay personas que dicen, “yo solo voy a misa”, ¡bueno, ir a misa en la mejor manera de orar!, le rezas al Padre y recibes la Eucaristía, que es el milagro de amor más hermoso para los católicos, porque nos llena de esperanza y aumenta nuestra fe. 

“Por eso que has dicho”, dice el Evangelio de Marcos; que la fe de esta mujer que pedía sanación para su hija, logró que Jesús aún sin ver a la hija, la sanara. Es por su fe, que sucedieron las cosa, es por la manera en que ella se expresó, ¡creía en Jesucristo! Hablar reflejando el amor que recibimos de Dios, puede ser otra manera de orar, porque la oración nos acerca a Él y nos invita a aprender a darnos a los demás, aprender a servir, con dignidad, al otro como fruto de su amor. 

Seamos profetas de la Buena Nueva, portavoz del amor de Dios, que transforma, dentro de los núcleos familiares y sociales. Pidamos al Señor que abra nuestros labios y oídos para que su palabra llegue a nuestro corazón y estar pendiente de su voz, para sentir su presencia.  

Propósito de hoy: Sentarnos a platicar con Dios, para aprender a escuchar su voz.