8 DE FEBRERO: RIEGO MI CORAZÓN CON TU AMOR.

Marcos 7, 14-23 “Porque del corazón del hombre salen las intenciones malas” 

Una vez escuche a alguien decir “el que inocentemente peca, inocentemente se condena” Después un sacerdote me aclaró que el pecado se realiza cuando eres consciente del mismo, cuando tienes intención, cuando sabes que lo que haces es incorrecto y ofende a Dios, porque dejas de ser testimonio de su amor.  

¿Qué tan importante es lo que decimos, a quién se lo decimos y cómo lo decimos? A lo mejor no pensamos que nuestra palabra iba a herir a alguien, o estábamos enojados, o nos habían lastimado, o simplemente quisimos decir algo para ofender al otro, con intención. Pasa mucho en los ambientes sociales, donde el comentario de una conversación se repite en un contexto diferente y termina totalmente distorsionado. Si has estado en una situación similar, lo mejor es que directamente hables con las personas para detener cualquier comentario que se haya dicho con la intención de perjudicarte a ti, o a alguien más. Si hay que pedir perdón, recordemos que es, en el perdón, cuando más nos parecemos a Dios. Cuando tomamos ese corazón endurecido y nos acercamos a quien nos ofende, o a quién ofendimos, aun si fue sin malas intenciones; y en la caridad y humildad que nos caracteriza a los seres humanos, pedimos perdón y perdonamos 70 veces 7. Es así cuando damos testimonio del amor que, en nombre de Jesucristo, decimos profesar. 

La comunicación es la principal base para el entendimiento con los demás, los sentimientos son otra muy importante porque es en el corazón, que guardamos lo bueno y lo malo; el amor y el odio, la bondad y la injusticia, el deseo de pedir perdón y de perdonar. Debemos trabajar constantemente, por medio de la oración, para tener un equilibro que nos permita tomar decisiones coherentes basadas en el amor que nos viene de Dios. Cuidemos nuestro corazón, reguémoslo con oración, vivamos en paz y seamos justos; que nuestras acciones no den pie a que actuemos diferente de cómo somos, y que los valores y las buenas costumbres nos lleven la delantera para alcanzar la felicidad. 

Propósito de hoy: No endurezcamos el corazón para que se llene de amor.