18 DE ENERO: TU VOZ LEVANTA MI ESPÍRITU .

Marcos 3, 1-6 “Levántate” 

Levántate… 

No es solo una palabra que escuchamos cada mañana al despertar, también es una palabra que con frecuencia nos estamos diciendo a nosotros mismos. Levántate de la tristeza, del mal humor, del desapego, del desinterés. Levántate de hacer el mal, de ser desagradable, de actuar con violencia, de ser desleal. ¡Levántate! 

Tal vez un día vamos a poder entender que el amor con que hacemos las cosas es lo que nos salva; la manera en que tratamos a los demás, el tiempo de entrega y servicio hacia quienes necesitan ayuda, apoyo. Hay que ser ese amigo que te levanta cuando estás desarmado, ya que es por el amor que nos viene de Dios, lo que nos reconforta el alma. Es un amor que debemos dar, compartir, atesorar, para poder cumplir el plan de Dios en cada uno de nosotros. 

Una manera en que podemos aprovechar ese amor del corazón es a través de la oración. La oración nos acerca más a Dios porque nos permite darnos cuenta cómo en su vida, Jesucristo sanó a muchas personas al comienzo de su ministerio, cómo busco a quienes estaban preparados para recibir su gracia y llenarse de fe. Orar nos lleva a un encuentro personal con Cristo, nos da la experiencia de Cristo, nos ayuda a seguir sus pasos con alegría, a caminar de su lado y a levantarnos con libertad, en la verdad.  

¡Levántate! Que tu vida no sea inútil, que dejes frutos de amor a cada paso que das, que tu testimonio de Cristo hable por ti. ¡Levántate! Se buena persona, se acomedido, ten caridad, se honesto y, sobre todo, se servicial. Que nuestra vida, valga la pena. 

Propósito de hoy: Hay que levantarnos de esa indiferencia en que vivimos.