4 DE ENERO: VAMOS A INTENTARLO.

Juan 1, 35-42 “¿Qué buscan? Hemos encontrado al Mesías”  

En la vida, hay muchas ocasiones en que nos preguntamos si estamos haciendo las cosas bien, como se debe, con rectitud en la verdad y la justicia. Siempre buscando algo y no sabemos que es. Tal vez, ese algo sea el amor infinito e incondicional de Jesús, ese algo, que pueda llenar nuestro corazón, para ayudarnos a sentir que no vamos solos.  

Solo que hay un problema con nuestra actitud, ¡no sabemos que queremos! Y Jesús, quiere que sepamos que Él está cerca en todo momento y aún si nosotros no lo encontramos ni nos percatamos de qué lo que buscamos, está dentro de nuestro corazón.  

¿Te ha pasado que te pones un pantalón que hace tiempo no usas y metes la mano en el bolsillo y encuentras dinero? ¡Cuánta alegría te da! ¡Verdad? Ahora imagínate cuando nos damos cuenta que lo que buscamos está más cerca de lo que jamás imaginamos. A Dios nos lo encontramos por todos lados, como a ese amigo que no hemos visto y cuando menos lo pensamos ya va junto a nosotros. Él está en la bondad y la cortesía con que tratamos a los demás, lo encontramos en la oración y en el perdón que ofrecemos y que recibimos; también está en el agradecer y pedir las cosas con amor. Dios está en el corazón del que lo busca. Él es tan fuerte que, si no le hacemos caso, no se cansa de esperarnos, de desear que lo notemos, que nos demos cuenta que podemos pedirle su ayuda para correr a nuestro encuentro. El amor con que vivimos la vida, va a reflejar la gracia de Dios en nosotros. No seamos necios en no querer aceptar a Jesús en el corazón, ¿qué tal si lo intentamos una vez más? tal vez esta vez, por fin logremos verlo y así dejarlo ser parte de nosotros en el servicio a los demás, en el deseo de reconciliación, en las virtudes y dones que tenemos y principalmente en el cariño honesto y sincero con el que vivimos la vida, procurando siempre llevar paz a los demás, en armonía y con la esperanza de que cada día podemos mejorar nuestras actitudes para el bien de todos. Te invito a intentarlo otra vez, sé que te espera una gran alegría en el corazón, deja la tristeza atrás y encuentra en Jesucristo tu dolor para que Él te ayude a sanarlo. 

Propósito de hoy: Acércate y escucha la voz de Dios.