21 de diciembre: POR MI FE CREO EN TI.

Lucas 1, 39-45 “Dichosa tú, que has creído” 

¿Qué significa creer? ¡Yo creo en ti porque te amo! Y ¿tu? ¿En quién crees?  

Desde pequeños, empezamos a creer en nuestros padres, que es en realidad una muestra de confianza porque nos han protegido desde que nacimos. Confiamos en nuestros amigos que nos hacen promesas de amor para toda la vida, o en nuestros maestros porque pensamos que nos van a enseñar todo sobre la vida porque quieren que seamos personas de bien. Eso es confiar. Pero ¿Creer? Uno pensaría que es lo mismo. 

Yo creo que Dios existe y a la vez confío en sus obras, porque, en mi fe sobre la existencia de Dios hay acciones que me permiten confiar en que es de verdad. Así que imaginemos a María, una joven que estaba llena de fe y que por su fe ella supo decir que sí. Ella creyó en Dios por su fe y confió en Él al recibir la noticia de que sería la madre del Salvador. Me gusta que pensemos en nuestra fe ¿En cómo crecer nuestra fe? ¿De qué manera podemos decir también que sí? y es por medio de la oración y en el servicio que damos a los demás, ahí en donde estamos. En casa, cuando nuestros padres necesitan ayuda en algo tan sencillo como poner la mesa; o estando con nuestros mayores platicando con ellos, dándoles nuestro cariño; o jugando con nuestros hermanos. En casa podemos unirnos mucho a Dios a través de nuestro comportamiento con la familia, en nuestro servicio. Es hermoso saber que, en algo tan sencillo, se puede aumentar nuestra fe dentro del hogar o al unirnos en la oración o meditar en soledad, o acudiendo a misa y recibir el Corazón amoroso de Jesús en la Eucaristía.  

No tenemos que ir lejos para aprender a amar y creer en Dios, porque Él vive en nuestro corazón; pero si no crees que vive ahí, en tu corazón: entonces vamos aprendiendo a abrir nuestro corazón para dejarlo entrar, que se llene de su amor, que podamos ver a Jesús en los demás y que como él seamos testigos de la existencia de Dios con nuestro servicio a los demás, con la manera en que hablamos de él, en cómo sabernos felices ante la verdad de su amor para actuar con honestidad y justicia frente a los demás. 

Propósito de hoy: Seamos testimonio del amor infinito de Dios a través del servicio.