13 de noviembre: Quiero poder empezar.

Lucas 21, 5-19 “Todo será destruido”. 

Tajante. Vamos destruyendo el odio y el rencor y el deseo de venganza que hay en los corazones. Vamos contribuyendo a la paz entre las personas. Vamos caminando fuerte, pero en armonía con honradez, y justicia de la mano de Dios. Vamos a destruir los caminos que nos causan dolor y tristeza. Destruyamos lo que no queremos, lo que no nos gusta, lo que nos hace daño, lo que nos desagrada, lo que nos cae mal. 

Lo primero es: empezar. Pero empezar con uno mismo, si, tú tienes que empezar contigo mismo y dejar de culpar a los demás, nos toca empezar el cambio que queremos ver; y destruir lo malo para construir lo bueno. Empezar por la forma en que vivimos y tratamos a los demás; darnos cuenta qué tanto ayudamos y servimos, con dignidad, a los que están a nuestro lado, empezando con los de casa. Cuánto tiempo te tomas para preguntarles cómo fue su día, para decirles que los quieres, para pedirles perdón, para perdonarlos.  

Empezar a cambiar, porque quieres que no se destruya todo, quieres vivir en la verdad, con amor, quieres superar todos los malentendidos y quieres sentirte amado. Si, destruyamos eso que nos pone tentaciones y que nos ata a vicios que solo acaban con la dignidad, con la autoestima y que al final del día hacen que la gente se sienta más sola. 

Vamos dejando todo en el pasado y empecemos a vivir en el presente para lograr construir un futuro lleno de emociones y alegrías rodeados de las personas que son importantes en nuestro corazón y saber protegerlos de la soledad que se vive cuando el corazón está vacío del amor de Dios.