2 de noviembre: TU EJEMPLO DE AMOR.

Juan 6, 37-40 “Al que viene a mÍ yo no lo echaré fuera”. 

Amar a Dios es tan fácil y me pregunto ¿Por qué se nos hace tan difícil? Tenemos las reglas de vida en los mandamientos, donde todo se resume en el amor. Somos seres de amor; el amor se nos da aun sin pedirlo. SÍ, el amor de Dios, ese que nos llena el corazón para convertirnos en seres humanos dignos bajo su gracia.  

Desde el primer mandamiento Jesús nos pide amor hacia Él, que lo respetemos y santifiquemos, que honremos a nuestros padres, que luchemos por la vida y no la muerte, que respetemos a nuestra pareja porque es a quien elegimos para compartir la vida; nos invita a no robar, ni inventar cosas de los demás, a no desear lo que no es nuestro ni a lo que alguien más tiene. Si nos damos cuenta, son normas civiles de conducta que deberían ser fáciles de llevar a cabo. Todo es para vivir en armonía y darnos cuenta de qué, lo que tenemos, es porque nos hemos esforzado por hacerlo bien.  

Yo tengo un amigo que conocí desde que era adolescente. Y jamás en la vida me había yo encontrado a alguien que fuera tan feliz. Él sigue siendo feliz porque su corazón está lleno de amor. El ama todo lo que le rodea; al sol, las estrellas, la música, a su familia, a sus amigos, a su trabajo y a sus compañeros de trabajo, como en mi caso y en sí ama al universo entero . Nunca lo he escuchado quejarse, ni hablar mal de los demás; al contrario, él siempre ha encontrado una palabra amable para todos. Para muchas personas él es un soñador, que vive fuera de la realidad ¡Solo porque está lleno de amor! Ahora él ha compartido esa felicidad que le llaga de la gracia del amor de Dios, con su hermosa esposa y sus 4 hijos, que estoy segura han aprendido de él a ser excelentes seres humanos, como deberíamos aprender todos cuando conocemos a alguien como él. 

El mundo es injusto e ingrato, así somos los seres humanos, y cuando encontramos a un ser de amor y de paz, no lo sabemos comprender. Muchas veces creo que es por miedo, porque no sabemos cómo dirigirnos hacia alguien que enfrenta la vida con tanta honestidad. ¿Eres así tú?, ¿Has conocido a alguien así?. Yo me siento muy bendecida por contar con ese cariño fraterno que mi amigo ha tenido conmigo y con los demás, él es en verdad un ejemplo de cómo deberíamos ser los seres humanos. Y así, llegar a Dios con los brazos abiertos, entregándole nuestra ofrenda de amor verdadero, fiel y total. 

Propósito de hoy: Seamos ejemplo de amor para los demás, abracemos a esa persona que hace días no le decimos “te quiero”.