24 de octubre: Sanando mi corazón.

Lucas 13, 10-17 “Mujer quedas libre de tu enfermedad. 

Hay enfermedades que son más visibles que otras y que podemos atender cuando vamos al doctor, y nos receta, hacemos tratamientos y la mayoría de las veces nos aliviamos. Pero ¿Qué hay de aquellas enfermedades que no se ven? Como la depresión. Antes recuerdo que, si una persona se sentía triste o no tenía ganas de hacer algo, siempre decíamos que esa persona era floja. Hoy día sabemos médicamente que eso es depresión. Yo no soy doctora ni se científicamente la definición; pero sí he conocido a personas que tiene depresión y es una realidad mal interpretada desde siempre. 

Cuando Jesús habla de curar y dejar libre de enfermedades a esta mujer, en el Evangelio de San Lucas, también se refiere a las enfermedades del alma, del corazón, de su vida. A los dolores que ha sufrido y también a los demonios que habitan en su persona. Así como la depresión, hay enfermedades que necesitan sanar empezando con el corazón. El corazón que se llena de rencores y odios, de malos pensamientos y de sentimientos mal intencionados. De violencia, de injusticia, de hipocresía y se desconoce al amor. Es por el amor, que todo ser humano salva su vida. Es por los valores que se van vaciando en el camino, que perdemos la paz con nosotros mismos y nos refugiamos en emociones momentáneas, que al final nos dejan con el corazón roto que nos llevan a una profunda soledad y desolación. 

Es hora de atacar la apatía que se ha ido formando en los últimos años; hay que dejar atrás esa indiferencia ante el dolor de los demás, es momento de actuar a favor del amor, de la paz, de las buenas acciones, de la confianza en el otro, de valorar nuestros dones y virtudes y de no sentirnos avergonzados de hacer el bien, o de ayudar a los demás, o de simplemente ser honestos al momento de amarnos unos a los otros.  

Propósito de hoy: Seamos alegres este día.