18 de octubre: Quiero ser la paz.

Lucas 10, 1-9. “Que la paz reine en esta casa”. 

La paz sea contigo y con tu familia. Deja que tu hogar sea un lugar de paz para quienes habitan y para quienes entran en él. Yo recuerdo que desde chica mis amigos y los de mis hermanos siempre gustaban llegar a mi casa; nos decían: “es que tu casa es diferente”. Cierto es que en mi casa, tenemos los problemas normales de una familia, sin embargo, tratamos de ayudarnos unos a los otros, de diferentes maneras. Ninguno de nosotros somos igual, cada uno tenemos nuestros defectos y nuestras virtudes, algunos vamos a misa y otros no, algunos somos conservadores otros no; lo que sí puedo decir es que nos damos la mano cuando a alguno le llega una tormenta, no nos sentimos solos en el barco, sabemos que contamos unos con otros según la medida de nuestras capacidades.  

Tal vez, esa sensación de armonía en la dificultad, hace mi hogar diferente, a esto yo le llamo amor, porque siempre vamos de la mano de Dios.  

“Cuando entren a una casa digan primero: Paz a esta casa. Si ahí hay paz, tu paz recaerá sobre ellos y si no, tu paz te será devuelta”. Qué bonita sensación saber que tu casa es un lugar de paz, que cuando llegas alguien te va a recibir y preguntar ¿Cómo fue tu día?, que alguien se va a levantar a abrazarte, y que ¿tú?: ¡Sí tienes ganas de volver a casa!. ¿Así es contigo?  

Si no lo es, ¡Te tengo buenas noticias!  

Puedes empezar contigo mismo. ¿Pero cómo?, saluda al llegar, intenta no discutir por cosas que no valen la pena, pon tus cosas en su lugar como tu chamarra, bolso, zapatos; que sea una práctica diaria saber que tus cosas son tuyas, por lo cual lo mejor es que tu las guardes y no que esperes que alguien las guarde por ti. Cuando llegues a casa, deja los problemas del trabajo afuera y preocúpate por que tus padres y hermanos, o tus hijos estén bien; que no lleven una carga pesada que los pueda derribar, que no estén solos en esa tormenta. Aplica tu entusiasmo al servicio alegre de ellos, porque en el servir, está el dar, y cuanto más le des a ellos –tu atención, tu afecto, tu escucha- más vas a recibir.  

En síntesis: ¡Regálales tu amor! Y es a través de que tu des el primer paso, que vas a construir y mejorar la paz de tu familia y a la vez, la tuya; así como dicen los Franciscanos: “Paz y Bien”, porque en la paz encuentras el bien y en el bien tienes la paz. 

Propósito de hoy: Llega con alegría a tu hogar.