17 de octubre: Lo que más valoro.

Lucas 12, 13-21 “Eviten toda clase de avaricia, porque la vida del hombre no depende de la abundancia de los bienes que posea.” 

En realidad, el problema no es en la abundancia de los bienes que posees, sino en cómo los idolatras, en cuál es tu actitud cuando los tienes, y en la forma en que vas a utilizarlos. Muchas veces confundimos los bienes materiales con el bien. ¡Dios no quiere que seas pobre!, lo que no quiere es que seas avaricioso, egoísta, vanidoso por los bienes que tienes. No, no hay que confundirse con esto. La riqueza que vale en las personas es la del corazón. ¿Cuánto amor tienes para dar?, ¿Cómo vives el amor que recibes de Dios?, ¿Tienes el amor de Dios?…

Si, ¡tú tienes el amor de Dios!; pero si aún no te das cuenta, es porque necesitas abrir tu corazón para verlo; y entonces permitirle entrar a esta riqueza que necesitas para ser feliz.  

Los bienes que tienes y que te acercan a la verdad, son aquellos que se relacionan con hacer las cosas para el beneficio de los demás, para el bien común. Digamos que te compras un auto, y en tu casa viven 4 personas, pero no dejas que nadie lo utilice porque lo puede chocar, o dañar, o ensuciar; bueno ahí tienes un enfoque equivocado de ese bien, porque es un bien que solo te sirve a ti, que no es para los demás, no es para procurar un servicio a tu familia. Cuando tienes la oportunidad de dar y compartir y no lo haces, tu riqueza se ve devaluada; porque la finalidad de ayudar a los demás, empezando con tu núcleo familiar, no existe.  

Hacer el bien ahí donde estás, tener compasión, ofrecer un servicio porque puedes hacerlo, dar tu tiempo a algo tan sencillo como acompañar a tus abuelos o a tus padres en una charla, ser justos, preparar la comida o ayudar a prepararla con alegría; son acciones en nuestra persona que nos dan valor. Y, cuando las hacemos, es entonces cuando vamos acumulando riquezas. ¿Te gustaría que te recordaran porque ayudaste en tu iglesia, o a tu familia, o porque fuiste amable y servicial?; o que te recordaran por tener una casa en la playa, o por manejar un super auto, o porque presumiste tu dinero y fuiste mas valor por lo que tenías que por lo que eras. Cuando te das cuenta que lo más importante es tu bondad, tu perdón, tu compasión y el amor que diste, tu vida va a tener otro significado. A ti ¿Cómo te gustaría que te recordaran?. 

Propósito de hoy: Comparte algo que tienes con las personas que viven contigo.