17 de septiembre: ¿Cuál semilla eres tu?

Lucas 8, 4-15. “¡El que tenga oídos para oír, que oiga!”

Somos la semilla. 

La  semilla que cayó en el camino, solo escuchó hasta que los vicios la dejaron sorda; la semilla que cayó entre piedras, alegremente escuchó y vivió creyendo un tiempo, pero como no echó raíz murió pronto; la semilla que cayó entre las espinas, escuchó la palabra con ambiciones  de riqueza y placeres mundanos hasta ahogarse; y la semilla que cayó en buena tierra, escuchó la palabra, la guardó en su corazón, creció en la fe y logró dar buenos frutos por su constancia. La que sí supo oír. 

Todos hemos hecho oídos sordos ante la voz de Dios. Aunque somos hechos a su imagen y semejanza, no somos perfectos y de alguna manera u otra, hemos caído  en tentaciones que nos distraen de ser la buena semilla. Y después al sentirnos pecadores, nos cuesta más trabajo regresar al camino que nos lleva al bien; sin embargo Dios, que es paciente y nos ama, siempre está con un corazón dispuesto a vernos regresar a sus brazos, como el hijo pródigo, y abrazarnos y recordarnos que aun si nos hicimos daño a nosotros mismos o  a los demás, Él nos está esperando.

Abramos los oídos para escuchar todo lo que es bueno para nosotros, no nos dejemos cegar por lo que nos hace daño o nos lastima. Vivamos con la esperanza de un nuevo amanecer porque la vida no es tan complicada como la hacemos, todos podemos tener una mejor y gran vida, solo es cuestión de proponerlo. 

Reflexión de hoy: Seamos la buena semilla para los demás.