11 de septiembre: Aprendiendo a ser feliz.

Lucas 15, 1-10. “’Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido”. 

Los sentimientos que vienen ante esta lección de amor, son la compasión, la aceptación, el perdón, la misericordia, la alegría. 

¡Recuperar un amor extraviado!. Puedes identificarlo contigo mismo, o tal vez con tu hijo, o con tu hermano, o con tu fe. Hoy, debemos de estar alegres porque encontramos aquello que habíamos perdido. 

¿Cómo reaccionas cuando alguien te lastima, o cuando tu lastimas a alguien?. Seguro no es la misma reacción, ¿Verdad? A veces ni nos damos cuenta cuándo lastimamos a alguien, sin embargo apuntamos con letras mayúsculas cuando alguien nos lastima a nosotros. Y, ¿qué hacemos?, guardamos resentimiento en lugar de pedir perdón y perdonar. Siempre pienso que guardar rencor nos lastima más a nosotros que al otro y que la acción de perdonar nos quita ese dolor. 

La oveja perdida que encontró Jesús, eres tú y soy yo; Él nos pide, en su encuentro, que lo dejemos pasar, que nos llenemos de su amor, que aprendamos a pedir perdón y a agradecer por cada bendición que llena nuestra vida.

PROPÓSITO DE HOY: Permitirme ser feliz y ser feliz quiere decir: tener a Dios en mi corazón.