8 de septiembre: Di que sí.

Mateo 1, 18-23. “Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús”.

Maria. Ella dijo que sí. ¿Imaginas si ella hubiera huido del susto, con la noticia de que sería la Madre del Hijo de Dios?. Pero ella dijo que sí, y le puso de nombre Jesús.

Hoy es el día en que ella nació, 8 de septiembre; hoy empezó la historia de Jesús y con ella empezamos a conocer la biblia de una manera diferente, de la mano del corazón de María y de Jesús, de la mano del amor de Dios. Yo amo el Nuevo Testamento, porque nos habla de amor.

Que alegría cuando nos dan la noticia, de que alguien que conocemos tendrá un hijo, o cuando nosotros vamos a ser padres naturales o adoptivos. Solo pensar en la llegada de un nuevo ser a la familia es un gozo hermoso que debemos atesorar por siempre. Y luego, el rol que nos corresponde de ser maestros, educadores, compañeros y amigos en el camino del recién llegado. Qué importante papel nos toca a todos vivir en la formación de los demás, porque la abuela, el padre, el hermano, el amigo, siempre tienen algo que enseñar. Los valores, la moral, el buen comportamiento, la disciplina, el deseo, el servicio, la amistad. Tu, ¿Has pensado cuánto influyes en los demás, con tu ejemplo?. ¿En lo bueno y en lo no tan bueno?. ¿Qué huella vas dejando en tu camino?, porque buena o mala, siempre dejamos huellas: de amor, de paz, o de odio y resentimiento. Dejemos buena huella, que cuando hablen de nosotros lo hagan con una sonrisa, con amor, recordando cómo decía Santa Teresa de Calcuta, seremos juzgados por el amor que dimos.

Propósito de hoy: Decir que sí al amor incondicional de Maria, nuestra Madre y compartirlo con alguien cerca de ti.