2 de septiembre: Renuévate.

Lucas 5, 33-39. “Nadie rompe un vestido nuevo para remendar uno viejo”.

Lo nuevo: Jesucristo. La buena nueva de Dios: Jesucristo. Nuestra nueva actitud: Jesucristo. Todo viene de Jesucristo, que es Dios y Dios es amor.

¡Vamos renovando nuestra forma de ser!. 

Si ayer olvidé ser amable: lo seré a partir de hoy. Si no fui prudente: practicaré la prudencia desde hoy. Si he perdido la fe: me llenaré de esperanza, me juntaré con personas que tienen más fe que yo y les pediré que me enseñen; que me ayuden a retomar mi fe, o a reforzarla o, a construirla. Quiero crecer en mi bondad, en mi humildad, en mi valentía, en mi amor, en mi forma de entregarme al otro con mi servicio amable y respetuoso. 

Dios me ama y a veces se me olvida. Se me va la vida en tantas cosas que dejo de ser un discípulo de Jesús. Y como discípulo, debemos compartir su palabra con los demás, llevar la buena nueva de Dios a quienes nos rodean, es amar a Dios por sobre todas las cosas, sentir su amor y saber darlo a las personas que son parte de nuestra vida diaria. Seamos el amor nuevo, la palabra nueva, la esperanza nueva, la fe nueva. 

Propósito del día: Deja a tu “viejo yo”, en tu pasado y abre la puerta a tu “nuevo yo”.