31 de agosto: Se la luz.

Lucas 4, 38-44. 

“La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le pidieron a Jesús que hiciera algo por ella. Jesús, de pie junto a ella, mandó con energía a la fiebre, y la fiebre desapareció”. 

Hay muchas personas que nos ayudan a estar mejor física y emocionalmente. A través de su amor y sus dones, Jesús nos entrega capacidades para poder sanar, atender, curar y servir a los demás . Recordemos que siempre el que está dispuesto a ayudar al otro a través del servicio lleva las de ganar.

¿Alguna vez, has hecho algo por alguien, así sin esfuerzo ni obligación; y cuando lo haces te sientes muy alegre, muy contento y hasta te felicitas a ti mismo por tus acciones?. Generalmente sentimos algo así, un cierto gozo que llega con agradables resultados a nuestra vida, creo que es la manera en que Dios recompensa nuestra bondad y nuestros buenos actos. 

Tu compañía tiene la capacidad de sanar la tristeza de alguien más alegrando su día, al convivir con personas que han dejado de creer; tú puedes ser testimonio de un gran amor. 

Propósito de hoy: Sé la luz de alegría en tu hogar.