24 de agosto: Desde el corazón.

Juan 1, 45-51

“¿De dónde me conoces?”

Te conozco desde aquí, desde el corazón. ¿Hay alguien en tu vida que pueda contestarte de esta manera?. ¡Claro! Y seguro más de una persona. Tus padres, tal vez tus hermanos, algunos amigos, tu pareja; igual tu puedes decir que conoces a alguien desde tu corazón; a tu familia, a tus sobrinos, primos o nietos. ¿Verdad?. Y todo regresa al inicio: ¡AL AMOR! Y el amor, viene de Dios Padre, quien nos amó primero.

Conocer a alguien desde el corazón es querer su bienestar, es ayudarlo en cualquier circunstancia difícil; es estar presentes en su vida. Yo que te conozco, puedo sentir cuando estás feliz, cuando te enamoras, cuando algo te entristece, cuando te falta un abrazo, cuando solo necesitas que esté ahí, cerca. 

En el camino trazado para nosotros, Dios es nuestra principal luz; nuestro refugio, nuestro mejor amigo. Y aún si tu crees que hablas solo y que Él no te escucha, verás que si. Él está pendiente de ti, cuida tus pasos y te levanta cuando crees que caminas solo; te lleva en sus brazos, te protege y te ama. Él te conoce desde el corazón, más que nadie, sabe de tus necesidades y quiere decirte que está ahí; pero a veces dudamos tanto en este mundo injusto en que vivimos, que no lo vemos, perdemos la fe. 

Hoy te invito a la oración, es una gran alianza para el reconocimiento de Jesucristo en nuestra vida; déjalo entrar y abre tu corazón con humildad para que Él pueda actuar en ti. Él, que nos conoce desde siempre, quiere ser parte de nuestra vida, solo hay que dejarlo pasar y contagiarnos de Su amor. 

Propósito de hoy: Acércate a alguien que amas para decirle que cuenta contigo.