2 de agosto: Es en Sus tiempos, no en los míos.

Mateo 14, 22-36

Entonces le dijo Pedro: “Señor, si eres tú, mándame ir a ti caminando sobre el agua”. Jesús le contestó: “Ven”. Pedro bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua hacia Jesús; pero al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, comenzó a hundirse y gritó: “¡Sálvame, Señor!” Inmediatamente Jesús le tendió la mano, lo sostuvo y le dijo: “Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?”

Te ha sucedido que tienes un examen, para el que has estudiado mucho, llega el día y ¡Temes no saber las respuestas!. Sí, es la falta de confianza en uno mismo, inclusive en Dios, al que le pedimos con tanta fe que nos ayude a pasar el examen. Eso le sucedió a Pedro en el evangelio de hoy. Dudó. 

Mantener la confianza es tan difícil, desde el día que nos sentimos defraudados por alguien, recuperar la confianza no es sencillo. Igual nos sucede con Dios, pensamos que cuando Él no responde a nuestras súplicas en el momento que le pedimos algo: nos falla, nos queda mal, no nos ama. Y que tan alejados estamos de la verdad; las cosas de Dios suceden cuando Él sabe que será conveniente para nosotros, no antes, no después. Él actúa cuando nosotros lo necesitamos, ¨en sus tiempos, no en los míos.¨ Solo debemos abrir nuestro corazón para dejarlo entrar y permitirle actuar para nuestro beneficio, con su amor.

¿Lo has intentado?

Volvamos a confiar en Él, para que  nuestro corazón continúe llenándose de esa alegría diferente…plena, dejémoslo entrar una y otra vez y seamos felices por su amor.

Propósito del día: Ve y comparte esa alegría que hay en tu corazón con los que te rodean.