22 de julio: Me ha llamado por mi nombre.

Juan 20, 1-2. 11-18

Mujer, ¿Porque estás llorando?, ¿A quién buscas?.

Nacemos y se nos es dada una identidad, un nombre. Y que tan bien se siente cuando nos identifican, de una manera tan personal, como Jesus hizo con Maria Magdalena: “!Maria!”, le dijo. Entonces, ella se supo identificada, encontrada por su Maestro, se sintió plena, se sintió grande con una corazón humilde. En la búsqueda de su Maestro ella fue encontrada por Él. 

Igual nos pasa a nosotros, somos encontrados por Jesus. El ya sabe lo que estamos viviendo, El se preocupa por nosotros y nos conoce por nuestro nombre. Nos corresponde dejarlo entrar, para nosotros poderlo reconocer y permitirle actuar para nuestro bienestar y también, llamarlo por su nombre.

 

Propósito del día: Llamar a los demás por su nombre para hacerlos sentir especial y amados.