29 de Junio: Tener un Encuentro

Juan 21, 15-19

Apacienta mis corderos, pastorea mis ovejas.

La historia de San Pedro y San Pablo es increíble. Dos hombres, uno bastante “rudo”, pescador, sin mucho conocimiento, bruto, primario, seguro de sí mismo, atrabancado, hecho a su manera; Pablo, letrado, conocedor y defensor de la ley, hombre apasionado. Los dos tuvieron una experiencia tan personal con Cristo, que les cambió la vida para siempre. Para los dos ya no eran leyes, o costumbres, sino UNA PERSONA quien les robo el corazón. Cuando empezó esa relación entre un corazón de piedra con un de carne, todo empezó a cobrar sentido. Ya no era como yo quiero, sino Como quieras tu Señor, ya no eran leyes que defender, sino era una a Persona, un Amor por quién dar la vida. Dos corazones fogosos, llenos de vida, de fuerza, de entusiasmo que encontraron un  por por qué, para que y un Por Quién. Nosotros de igual manera, hagamos un alto en nuestra vida, echemos un vistazo a nuestro corazón y veamos qué nos mueve, leyes, costumbres, rutina, conocimiento…o nos mueve una Persona, un Amor, un Ideal más grande que yo mismo. Alguien por quien no vale la pena darlo todo, sino vale la pena dar la vida.

Propósito: que hoy lo que me mueva sea el amor. Amor a Dios y a los demás.