Mateo 7, 1-5
Sácate primero la viga del ojo.
No se ustedes pero yo tengo “ojo clínico” para ver los errores y las faltas del vecino. Y cuando me veo a mí misma recuerdo a Paco Stanley “qué bonito soy, qué bonito soy, como me quiero”. Los otros son los del problema, yo no tengo ninguno. Yo me quejo de todo y de nada, que si el colegio, los papas, los jóvenes, la sociedad, el mundo, presidente, presidente 2, Rusia, Ucrania… casi que hasta el Papa entra dentro de mis letanía de culpables. Pero a decir verdad este evangelio me “ubica”. “Sácate la paja que tienes en el ojo y luego preocúpate por la de tu hermano”. Es decir, yo no me puedo quejar de nada si yo no estoy haciendo nada para ser parte del cambio. El Papa nos invita a ser “agentes de cambio”, ser parte del cambio, marcar la diferencia, escribir la historia. -Señor Jesus abre mis ojos y mi corazón, si para ver la falta o el error, pero mueve mi corazón para responder a ello con amor, con decisión, con propuestas de cambio, concédeme la gracia y la fuerza que necesito para ser agente de cambio igual que tú. No con palabras hirientes, críticas o quejas, sino más bien con amor, con propuestas, con servicio, con acciones positivas de cambio, Señor enséñame a ser agente de cambio”.
Propósito: Hoy ser agente de cambio, que toda palabra que diga construya y sino, mejor callar.