Jn. 17, 11b-19
Que sean uno, como nosotros.
Ellos que me diste están en el mundo, cuídalos…
55 niños con discapacidad intelectual. 12 misioneros. 6 Staff haitiano. 2 misioneras de la caridad. Dos idiomas, español y criollo. Una mezcla de todo, pero sobre todo un total de corazones llenos de amor, de esperanza de ilusión. Amor a Dios que se manifiesta en la pureza de su rostro; esperanza en los niños cuando su carita se ilumina al ver el resultado de su trabajo; ilusión en el equipo misionero por dejar algo en Haití. Cristo hoy pide a Dios Padre “no por el mundo sino por los que Él ha escogido”, estoy cierta que es este bonche de mix and match a quien El ha escogido. Misioneros que están empapados en sudor, y en que sabe que más, sin tener mucho conocimiento de educación especial y pedagogía y aún así los ves dar el mil por lograr que el niño ponga una ficha dentro de un botecito. Niños haitianos que no entienden mucho de lo que estos “blancos quieren” pero sonríen y se emocionan por qué les han puesto un gáfete con su nombre; el Staff que ve una luz de esperanza en su trabajo del día a día al recibir este entrenamiento por parte de las maestras. Si este no es el grupo al cual Cristo se refiere entonces sí que “apaga y vámonos”. El grupo de Cristo, es el de los que viven para el otro, el de los que aman a pesar de, el de los que sonríen y viven con un espíritu positivo y optan por el amor, el de los que saben perdonar y dejar ir, el de los que viven pintando sonrisas, el mundo de aquellos donde el amor y el servicio son los binomios que rigen su vida y la esperanza el arco iris que enmarca su vida.
Propósito: hoy ser de los del mundo de Cristo, por ello hoy amar, servir, sonreír.