30 de mayo: Cristo quiere vencer mi mundo

Jn 16, 29-33

Tened valor: yo he vencido al mundo.

Esta meditación-refelxión la escribí hace unos años cuando me encontraba de misiones en Haití.

En Haití se entiende mejor lo que Cristo nos dice hoy “Yo he vencido al mundo”. Cristo es más fuerte que la muerte, se va “para quedarse” entre nosotros. Cristo ha vencido la muerte, Cristo ha vencido al mundo, al mundo de dolor, de miseria, de soledad, de vacío, de dolor. Aquí en Haití en medio de tanta miseria, abandono, dolor, ves a un Cristo triunfante, lo ves en la alegría del Haitiano, que en domingo sale vestido con sus mejores ropas a encontrase con El Señor, el Señor que pinta su día de esperanza; lo ves en el rostro de cada niño, en la sonrisa de un anciano. Ayer los misioneros tenían que coger un dije que representara el cómo o a qué venían a Haití, ojalá hubieran estado aquí. Respuestas como: una llave para abrir mi corazón a una nueva experiencia, una cruz, para saber que nunca estoy sola, un corazón para llenar el mío del amor de Dios, una gota para aunque sea dejar una gota de amor en cada niño, Cristo en el corazón de cada uno de estos jóvenes ha vencido el mundo de superficialidad y materialismo; hagamos un esfuerzo en nuestro día a día para lograr que Cristo venza nuestro mundo a veces lleno de tanta por quería que no cabe lo esencial, la entrega, el servicio, el otro, el amor. Que Cristo hoy venza nuestro mundo y conquiste nuestro corazón.

Propósito: hoy cambiar la cara larga, el stress, la prisa, por una sonrisa.